Personas y Liderazgo

Diccionario para entender a tu jefe, y viceversa (infografía)

SAGE

Todos sabemos que oír es distinto de escuchar. Igualmente, una cosa es atender a la otra parte y otra entenderse. Muchas veces los problemas de comunicación entre jefes y empleados se deben no a una falta de interés en lo que dice la otra parte, sino a que, sencillamente, se expresan de forma diferente.

Es conveniente saber que la comunicación entre jefes y empleados tiene sus propios códigos. Se trata de expresiones que, por la posición de quien las dice, tienen un significado especial. Sage ha elaborado una infografía para que no nos perdamos al oír algunas de las más habituales. Puede ser útil para ambos, ya que el entendimiento nos puede evitar convertirnos en malos jefes o en empleados conflictivos.

Qué quiere decir un jefe, empleador o directivo cuando…

En la comunicación entre jefes y empleados, los primeros tienen diversos objetivos:

  • Transmitir órdenes
  • Requerir reportes
  • Motivar a sus empleados
  • Trasladar noticias de la empresa
  • Explicar determinados procedimientos
  • Etc.

La infografía adjunta recoge algunas de las expresiones más comunes de los jefes como:

¿Estás contento en la empresa?

Esta expresión tiene un doble sentido. Por un lado, es una manera de decir: «quédate«. Por otro, es la forma de indagar en posibles problemas que pueda tener el trabajador con su ambiente laboral, sus expectativas, su retribución, etc. Tengamos en cuenta que el jefe debe liderar a su equipo y, por lo tanto, por encima del mero ruego, debe saber cuáles son las dificultades que tendrá en su labor para retener talento y evitar que los trabajadores acaben aceptando una oferta de otra empresa.

Ven un momento a mi despacho

Si esta expresión no va acompañada de una explicación como, por ejemplo «te voy a proponer algo» o «me tienes que ayudar» es, habitualmente, sinónimo de bronca del jefe. Quiere que el empleado vaya a su terreno, donde seguramente dispondrá de las «pruebas del delito». Además es el medio idóneo para una conversación seria y tensa como la que, por ejemplo, puede conducir a un procedimiento para imponer una sanción disciplinaria.

¿Tienes tiempo para…?

Suele ser una pregunta retórica, ya que el empleado lo tiene (o debería). El jefe ha establecido un orden de prioridades y el empleado debería tener sus otras tareas enfocadas. Si no lo están aún, su trabajo corre riesgo de desorganizarse, de manera que no llegue a todo. En el fondo, no solamente es una llamada a prestar atención preferente a una labor, sino también a evitar la procrastinación.

¡Eres muy valioso en este equipo!

Es una muestra clara de reconocimiento. El siguiente paso debería ser el ascenso o un aumento de sueldo, pero puede haber diversos obstáculos en el camino. Una de ellas es el miedo del jefe a perder un apoyo valioso en la posición en la que se encuentra el empleado. Otra puede ser el temor a que, en el siguiente nivel, acabe corroborando el principio de Peter. Pero también podría ser la advertencia de un jefe con el síndrome de Procusto de que no debe destacar demasiado.

Este trabajo se puede mejorar

Revisar suele ser sinónimo de rehacer. Sí, algunas veces, es posible mover una pieza del trabajo respetando el resto. Sin embargo, lo normal es que el conjunto pierda coherencia si cambiamos una parte y dejamos el resto. Al final, la solución suele pasar por doble trabajo.

¿Cuándo te ibas de vacaciones?

Esta frase y otras semejantes pertenecen a la familia de los recordatorios. Es propia de los jefes que están en todo. Quieren que el empleado tenga en la cabeza las tareas pendientes, pero no desde un tono hostil de advertencia.

¿Quieres hacer un curso de formación?

La respuesta es obvia: sí. ¿Qué empleado le diría a su jefe que no quiere? Por eso es la frase perfecta para requerir que se actualice. Sin embargo, no es descartable que la respuesta sea un «sí, pero…», ya que la lista de excusas puede ser larga e, incluso, muchas de ellas pueden ser hasta cierto punto razonables: problemas de conciliación, dificultades para llegar a todo el trabajo, la preferencia por otro curso diferente, haber aprendido poco en un curso anterior semejante, etc.

Qué quiere decir un empleado o trabajador cuando dice…

Los empleados se dirigen a sus jefes por múltiples motivos:

  • Presentar reportes
  • Hacer solicitudes
  • Trasladar cómo está el ambiente laboral
  • Realizar sugerencias
  • Excusarse por sus errores
  • Etc.

En la infografía adjunta vemos algunas de las principales frases que, en la comunicación entre jefes y empleados, usan habitualmente estos últimos.

Ha habido un problemilla… pero estamos en ello

El «problemilla» puede ser un «problemón», pero el empleado está manifestando su disposición a arreglarlo. El problema surge cuando «estamos en ello» significa ocultar información trascendente al jefe. Es posible que tenga que saber cómo va la tarea concreta para organizar la solución adecuada.

¿Qué te parece si te echo una mano con este proyecto?

Esta es una frase muy importante. El empleado conoce facetas de sus potencialidades que el jefe ignora. Normalmente querrá participar en los proyectos en los que más pueda aportar. Es una sugerencia que tiene algo de ruego para poder ser incluido en el proyecto, pero también de información valiosa.

No me siento valorado

Es posible que el empleado quiera un ascenso o un aumento de sueldo. También es una frase que se emplea cuando el trabajador reclama medios que no tiene. Incluso, en algunos casos, puede manifestar deficiencias en los procesos. Sería el caso cuando se siente el eslabón más débil de la cadena, en el que recaen los esfuerzos y riesgos, pero no las recompensas. En este caso, manifiesta deficiencias en la política de incentivos de la empresa. Finalmente, puede ser síntoma de situaciones de acoso laboral o, incluso, de percepciones equivocadas del empleado.

Ayer cuando me llamaste estaba con mis hijos

Al escuchar esta frase hay que prestar mucha atención. Una de las tendencias en materia de recursos humanos es la de la disponibilidad a través de dispositivos conectados. Es humanamente imposible estar absolutamente siempre disponible y esta frase puede ser una explicación de las razones que motivaron, en un momento dado, la falta de atención al requerimiento. Sin embargo, también puede ser una forma de decir que el jefe está violentando habitual e indebidamente su vida privada.

¡Me voy de vacaciones dentro de 3 días!

Esta frase nos debe poner en guardia. Algo falla en los procesos. En no pocas empresas los empleados se ven triplemente sobrecargados. Lo están en los días previos a su marcha de vacaciones para dejar todo arreglado. También cuando vuelven, ya que han de ponerse al día de un montón de tareas pendientes. Y, finalmente, vuelven a estar desbordados cuando cubren las vacaciones o ausencias de algún compañero. El peligro grave es que, en cualquiera de esos tres momentos, se puede ir exageradamente deprisa y puede haber problemas de falta de calidad.

¡Me tomo la tarde libre!

Esta puede ser una medida que alivie la presión. En momentos determinados, el trabajador puede sentirse demasiado agobiado y su presencia esa tarde podría ser una mera actitud presentista. El problema surge cuando el parón de uno de los miembros del equipo afecta a los demás en proyectos contrarreloj. En este tipo de proyectos es importante prever ciertas vías de escape que permitan mantener la tensión necesaria, pero sin pasarse. Una de ellas puede ser ausentarse una tarde, pero hay que tener previsto cómo organizaremos el trabajo para que no afecte a los compañeros.

¿Puedes establecerme prioridades?

Suele ser un sinónimo de que el empleado no entiende a su jefe. Le ordena demasiadas tareas que le pueden parecer contradictorias. Una de las cualidades imprescindibles de un buen jefe es saber explicarse y comunicar. Y, por supuesto, puede deberse a que el empleado no está suficientemente capacitado para la tarea o que, en ese momento, ha tenido una reducción en su rendimiento.

La comunicación entre jefes y empleados es uno de los retos más importantes de la gestión de recursos humanos. Detrás de cada frase se manifiestan problemas y oportunidades, retos que hay que superar y ante los que hay que prepararse. La infografía adjunta puede sernos de gran utilidad en esa para alcanzar un mejor entendimiento entre jefes y empleados.

Cómo entender a tu jefe

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